El corazón marca el paso, esta tarde.
El latido de la vida lo inunda todo.
Intento hacer nada para que la Naturaleza se manifieste en
toda su pureza.
Las aves se comunican en su idioma convirtiendo este
instante en una alegre melodía.
Sin embargo,
a lo lejos, el zumbido de los autos lo estropea todo.
También vibra el cielo de tanto en tanto, cargado de gente y
mercancías esperando llegar a algún sitio.
Pero, qué sitio puede
ser más maravilloso que el que sobrevuelan a mil metros?
Qué se puede comparar con el roce del viento en los pinos,
encinas y robles?
El día se apaga y el cielo estalla con nubes que arden de
rosa.
De repente,
las campanas gritan con su voz de metal que antes de corazón
soy espíritu.
Ahora el espíritu marca el ritmo de las horas y,
mientras tanto,
el latido de la vida
lo inunda todo.